1 Tesalonicenses (RV-SBT)

 


1 Tesalonicenses
1  2  3  4  5



 

1 Tesalonicenses capítulo 1  

1 Pablo, y Silvano, y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

2 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones,

3 acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de vuestra obra de fe, y de vuestro trabajo de amor, y de vuestra paciencia de la esperanza en nuestro Señor Jesucristo;

4 conociendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección,

5 por cuanto nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabra solamente, sino también en poder, y en el Espíritu Santo, y en plena certidumbre; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por causa de vosotros.

6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de mucha tribulación, con gozo del Espíritu Santo;

7 de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los que han creído en Macedonia y en Acaya.

8 Porque desde vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor no sólo en Macedonia y en Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada.

9 Porque ellos mismos cuentan de nosotros cuál fue la entrada que tuvimos a vosotros, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,

10 y esperar a su Hijo de los cielos, a quien levantó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.


 

1 Tesalonicenses capítulo 2  

1 Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra entrada a vosotros no fue en vano;

2 sino que aun habiendo padecido antes y sido afrentados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios con gran lucha.

3 Porque nuestra exhortación no procedió de error, ni de inmundicia, ni fue por engaño;

4 sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.

5 Porque nunca fuimos con palabras lisonjeras, como sabéis, ni con pretexto de avaricia; Dios es testigo;

6 ni buscamos gloria de los hombres, ni de vosotros, ni de otros, aunque os podíamos ser carga como apóstoles de Cristo.

7 Antes bien, fuimos tiernos entre vosotros, como una nodriza cuida a sus hijos;

8 amándoos tanto, que os hubiéramos querido entregar no sólo el evangelio de Dios, sino aun nuestras propias almas, porque nos erais muy amados.

9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; que trabajando de noche y de día para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.

10 Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros los creyentes;

11 así como sabéis de qué modo exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, como el padre a sus hijos,

12 y os declarábamos que anduvierais como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.

13 Por lo cual también nosotros damos gracias a Dios sin cesar de que habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual obra en vosotros los creyentes.

14 Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, pues habéis padecido también vosotros las mismas cosas de los de vuestra propia nación, como también ellos de los judíos;

15 los cuales también mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos han perseguido, y no agradan a Dios y se oponen a todos los hombres,

16 prohibiéndonos hablar a los gentiles a fin de que se salven, para colmar siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.

17 Mas nosotros, hermanos, privados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, mucho más procuramos con gran deseo ver vuestro rostro.

18 Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo, Pablo, a la verdad una y otra vez, mas Satanás nos lo impidió.

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que gloriarnos? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida?

20 Pues vosotros sois nuestra gloria y gozo.


 

1 Tesalonicenses capítulo 3  

1 Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas,

2 y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe,

3 para que nadie se inquiete por estas tribulaciones, porque vosotros sabéis que nosotros estamos puestos para esto.

4 Porque aun cuando estábamos con vosotros, os predecíamos que habíamos de pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.

5 Por lo cual también yo, no pudiendo soportarlo más, he enviado a conocer acerca de vuestra fe, no sea que os haya tentado el tentador y que nuestro trabajo haya sido en vano.

6 Pero volviendo Timoteo de vosotros a nosotros, y trayéndonos buenas nuevas de vuestra fe y amor, y que siempre tenéis buen recuerdo de nosotros, deseando vernos, como también nosotros a vosotros,

7 por eso, hermanos, recibimos de vosotros consolación en toda nuestra necesidad y aflicción por medio de vuestra fe;

8 porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.

9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios,

10 rogando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro y completemos lo que falta a vuestra fe?

11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, encamine nuestro viaje a vosotros.

12 Y a vosotros os haga crecer el Señor, y haga abundar el amor entre vosotros y para con todos, así como nosotros también hacia vosotros;

13 para que sean confirmados vuestros corazones en santidad, irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, para la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.


 

1 Tesalonicenses capítulo 4  

1 Por lo demás, pues, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, de la manera que recibisteis de nosotros acerca de cómo os conviene andar y agradar a Dios, así abundéis más.

2 Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús.

3 Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; que os apartéis de fornicación,

4 que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor,

5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;

6 que nadie se exceda ni engañe a su hermano en este asunto, porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.

7 Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.

8 Así que, el que desecha esto no desecha a hombre, sino a Dios, quien también nos dio su Espíritu Santo.

9 Mas acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios a amaros los unos a los otros;

10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis más;

11 y que procuréis tener quietud, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado;

12 a fin de que andéis honestamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús.

15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

16 Porque el mismo Señor con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero;

17 luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

18 Por tanto, consolaos los unos a los otros con estas palabras.


 

1 Tesalonicenses capítulo 5  

1 Pero acerca de los tiempos y de las sazones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba;

2 porque vosotros sabéis bien que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;

3 pues cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer embarazada, y no escaparán.

4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón.

5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.

7 Porque los que duermen, de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche se emborrachan.

8 Mas nosotros, que somos del día, estemos sobrios, vestidos con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación por yelmo.

9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

10 quien murió por nosotros para que, ya sea que velemos o que durmamos, vivamos juntamente con él.

11 Por lo cual, consolaos los unos a los otros y edificaos los unos a los otros, así como también lo hacéis.

12 Y os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan;

13 y que los tengáis en mucha estima a causa de su obra. Tened paz entre vosotros.

14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los que andan desordenadamente, que consoléis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.

15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid lo bueno siempre los unos para con los otros, y para con todos.

16 Estad siempre gozosos.

17 Orad sin cesar.

18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

19 No apaguéis el Espíritu.

20 No menospreciéis las profecías.

21 Examinadlo todo, retened lo bueno.

22 Apartaos de toda apariencia de mal.

23 Y el Dios de paz os santifique en todo; y todo vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

24 Fiel es el que os ha llamado, quien también lo hará.

25 Hermanos, orad por nosotros.

26 Saludad a todos los hermanos con beso santo.

27 Os conjuro por el Señor que esta carta sea leída a todos los santos hermanos.

28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.


1 Tesalonicenses capítulos   1  2  3  4  5